EL MUNDO DIBOLITA:
La aparición de los dibolitas se podría explicar a partir de la teoría de
Darwin sobre la evolución de las especies. En este contexto, por el contrario, su
rasgo principal es que evolutivamente permanecen intactos. Por tanto, su
proceso de dibolización (lo que en la raza humana conocemos como el proceso de
hominización) se ha mostrado inalterable desde el principio de los tiempos. Son
inclasificables como especie porque nadie los ha visto jamás. Viven alrededor
de toda la Tierra y dado que son imperceptibles jamás han tenido problemas en
la adaptación (si fueran perceptibles ya se habría encargado el hombre de
pisotearlos como a las hormigas). Se reproducen asexualmente. Al alcanzar los
50 años, mudan su semilla de luz y de su
primera semilla de luz, en el tiempo que
dura un suspiro, nace otro dibolita. Su etapa de bebé tan solo dura dos días y
su vida transcurre a lo largo de cien magníficos años. Su niñez está muy desarrollada pues dura cincuenta años
siendo para el dibolita el periodo más importante, alegre, creativo y divertido
de la vida. Justo el día que cumplen cincuenta años se convierten en jóvenes y este ciclo
igualmente dura otros felices cincuenta años.
El
modo de vida se desarrolla en comunidad, en su hábitat propio que se encuentra
bajo tierra. Los dibolitas se desplazan por los distintos escenarios de su
mundo mediante túneles que ellos mismos llevan excavando desde el principio de
los tiempos. Además construyen infinidad de salidas que conducen a la
superficie a la que a menudo acceden para disfrutar de la naturaleza (les
divierte especialmente tirarse en trineo por las dunas del desierto del Sáhara)
luego vuelven a sus aldeas, pueblos y ciudades. Pueden habitar en casitas
colgantes, pequeñas viviendas, edificios o incluso en el interior de los
árboles. No existe la propiedad privada por tanto las viviendas son
intercambiables entre ellos. También hay que destacar la ausencia de fronteras
y/o limitaciones territoriales lo que conlleva una gran movilidad geográfica a
su libre elección que repercute en una gran calidad de vida.
Aludimos
especialmente a sus pautas sociales. Son genéticamente felices, sociables y
educados; la alegría, el compañerismo y el optimismo son sus valores
principales, de modo que el egoísmo y la negatividad son conceptos que no
existen en su entorno. En la cultura dibolita, el valor más en alza es la
igualdad, pero no una igualdad en minúsculas sino una igualdad grande,
transversal, única: no hay distinciones de género, de color (razón por la que
genéticamente todos son del mismo color), de predominio territorial (no existe el
etnocentrismo) o de trato.
Toda
esta cultura e idiosincrasia ha generado un sistema de comunicación singular.
Se trata del idioma dibolo. Es un lenguaje musical,
aislante, neutro, inclusivo, comprensivo y sencillo para todos sus miembros
desde su infancia. El lenguaje escrito está verificado continuamente por los
dibolitas y adaptado a lectura fácil para la comprensión y accesibilidad de
todos sus hablantes. El dibolo se habla en todos los rincones de la Tierra.
Hablaremos
ahora de la musicalidad de este idioma que viene precedido por una
agradable entonación marcada por el
predominio de los sonidos agudos
En cuanto a su sistema de nutrición podríamos describirlo como una forma
absolutamente racional de comunión con la naturaleza. Se alimentan de plantas,
de hojas y frutos que caen de los árboles y de pétalos que caen de las flores. Beben
agua pura de los acuíferos subterráneos y savia de las
plantas.

Su estructura social se forma a partir de
sistemas familiares simples, formadas por grupos familiares nucleares y
extensos a la vez donde predominan los
lazos de cooperación, coeducación y codiversion, dando lugar a una
socialización en armonía con la naturaleza
Sus pautas sociales, y por ellas entendemos la
moral, creencias y costumbres, son
sencillas y complejas a la vez. Carecen de moral porque nunca han necesitado
desarrollarla. La inclusión en la Naturaleza les ha permitido vivir en un
equilibrio continuo carente de posicionamientos o disquisiciones morales.
En cuanto a sus creencias podemos afirmar que
no tienen deidades, ni necesidad de invertir su tiempo en adoraciones divinas,
oraciones, sacrificios ni ofrendas. Más bien dedican su vida a vivir, simplemente
a vivir, aunque han desarrollado unas altísimas cotas de felicidad en el
proceso del buen vivir. Si bien en este
aspecto podríamos destacar una simpatía por el sol. Consideran al sol como lo
que es, una estrella que da luz, energía y calor. Sienten afinidad hacia él
porque ellos también nacen como pequeños soles, de pequeñas semillas de luz.
No
existe sistema económico alguno, viven de y con los recursos naturales y
contribuyen a su mantenimiento de forma espontánea.
Tampoco
conocen organizaciones políticas o
instituciones. No tienen ideologías, sin
embargo se ha observado que viven en torno a una idea: la felicidad.
Su vida sociocultural es muy prolífica pues
cultivan todas las artes y artesanías conocidas; la música, la poesía o literatura, la escultura, la arquitectura, la danza y la pintura.
Son grandes artesanos, dominan magistralmente la micro cestería, el micro
tejido de alfombras, telas y otras manufacturas, la micro cerámica. Son grandes
contadores de cuentos y leyendas y hay
que destacar su habilidad contando
chistes por doquier.
Nos detenemos en el bello arte
de la pintura para señalar sus grandes dotes y habilidades en todas las técnicas pictóricas. Hay que destacar que
fue en el mundo dibolo donde nació el verdadero arte Naif, provocando su micro
rastros en todo el mundo grandes corrientes
de influencia para el arte Naif
humano que enseguida captó la esencia: pues el arte Naif brota libre de
convenciones y nace de la inocencia y la sencillez. Buscan y encuentran siempre
cualquier material que pueda servirle para elaborar pintura, pigmentos naturales,
aceites esenciales, pétalos de coloridas flores, clorofila de las plantas, etc.,
etc. y con ello esbozan y plasman la
naturaleza en su estado más puro que surge de una mirada con ojos de niño. El protagonista de sus obras
es siempre el sol que es diverso y diferente según quien lo pinte, como todo el
mundo sabe.
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